viernes, 30 de septiembre de 2011

La suma de todos los miedos

Según los entendidos en la materia, nacemos sólo con dos miedos. Pero el principal, el que nos persigue toda la vida, es el miedo al abandono. Como cuando estamos en una zona desolada, es de noche, la cara de los transeúntes no ayuda y el colectivo que esperamos, al que le empezamos a hacer señas dos cuadras antes, no para y sigue adelante con el conductor que lleva en su cara el orgullo por no presionar el freno.
El abandono, ese miedo tan intenso, nos persigue a todas partes. Quedar en ridículo en situaciones muy formales; como aquella primera vez que expuse una ponencia en un congreso. El tiempo máximo eran diez minutos, y a los cuarenta de mi monótona lectura alguien me hizo notar el tiempo transcurrido y preguntó si me faltaba demasiado. Achuré mi trabajo in situ  y terminé estrepitosamente mi exposición.
El miedo nos oprime todo el tiempo, miedo a ser felices, miedo a la infelicidad, miedo a que nuestra felicidad opaque la de otros. El miedo a la muerte es un miedo absurdo porque es lo único que nos espera a todos por igual. Pero morir en soledad es algo jodido, ojala nunca les toque.
Al fin de cuentas el miedo es miedo, como la AFIP o las cuentas a fin de mes. Por eso mejor evitarlo o hacer oídos sordos con algodón o tapones en las orejas. Pero por favor, “no me dejen solo”.

Mariano Vincenzetti

miércoles, 28 de septiembre de 2011

IX Encuentro nacional de teatro comunitario en Rivadavia 8, 9 y 10 de octubre!!!



Espectáculos gratuitos en todos los pueblos del distrito (Sansinena, González Moreno, Fortín Olavarría, América, Roosevelt y San Mauricio)


Más de 1200 vecinos-actores de todo el país, Uruguay, Italia, Brasil y Chile.


Exposiciones de la red de fotógrafos y de investigadores de teatro comunitario

Apertura del encuentro en San Mauricio - 8 de octubre a las 17hs. con la obra del centenario de Rivadavia

Domingo 9 espectáculos desde las 14hs. en Roosevelt, Sansinena, González Moreno, Fortín Olavarría
Y desde las 18hs. en América.

Cierre del encuentro lunes 10 desde las 9:30 de la mañana en América con charlas a cargo del teatro comunitario de Italia y Uruguay, y a la tarde murga teatral de Barracas y 2 espectáculos de teatro comunitario.


Para más información:


viernes, 23 de septiembre de 2011

El mago de OZ

Sobre el arcoiris
En algún lugar sobre el arcoiris.
Por un camino muy alto.
Hay una tierra de la que oí.
Una vez en una cancion de cuna.

En algún lugar sobre el arcoiris.
Los cielos son azules.
Y los sueños que te atreves a soñar
se hacen realidad

Algún día desearé sobre una estrella
Y despertaré donde las nubes están lejos
detrás de mi.
Donde los problemas se derriten como gotas de limón
Lejos, sobre las cimas de las chimeneas.
Ahí es donde me encontrarás.

En algún lugar sobre el arcoiris
Los pájaros azules vuelan.
Los pájaros vuelan sobre el arcoiris
Entonces porqué,oh porqué no puedo yo?

En algún lugar sobre el arcoiris
Por un camino muy alto.
Hay una tierra de la que oí
Una vez en una cancion de cuna

En algún lugar sobre el arcoiris
Los cielos son azules.
Y los sueños que te atreves a soñar
se hacen realidad.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Para vos...

Que estés sonriendo (Las Pelotas)
Viendo la sombra del atardecer reflejada en el rio. Queriendo ver hasta donde llegar queriendo ver si estás vivo. Destino dónde estarás? que estes sonriendo Destino dónde estarás? que estes sonriendo. Mirá que es bueno volver a creer que todo esto ha servido. De nada sirve bajar el telón salirte de tu camino. Destino dónde estarás? que estes sonriendo. Destino dónde estarás? que estes sonriendo. La vida pasa y sin reprocharte. No se detiene a advertirlo quien no conoce el final. Y si una vez te perdiste y si otra vez has caído no tengas miedo de lo que vendrá. Iluminá tu camino. Destino dónde estarás? que estes sonriendo. Destino dónde estarás? que estes sonriendo.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Sentimientos por la Ciudad

Una para Buenos Aires



Entre la fascinación y el desconcierto,
entre una imagen fantasmal y el choque cotidiano,
entre un voraz verano de alquitrán y un río que se estanca…

Veo a Buenos Aires.

La madeja se desenrolla, entra a rodar
el tiempo entreteje sobre la ciudad
cortinas de pálidos hilos
por donde transita mi mirada

Descubro a Buenos Aires
tras esa fina cortina espectral
que la envuelve en eterno misterio.

Entre el resplandor de luna arrullada por los edificios
y un almacén abandonado,
entre el último café en un bar inexistente
y la ceniza húmeda del invierno,
entre barrios desvastados
y una Corrientes que no deja de deslumbrar…

Observo a Buenos Aires.

Ciudad araña que se adueña del tejido
y atrapa en su grisáceo laberinto,
al enredarme en las hilachas de su tiempo ancestral

Conozco a Buenos Aires
en ese tiempo que es otro
dentro de la trama,
aquel que nunca empezó.




Entre los giros de un baile orillero
y el andar desenfrenado en Florida,
entre nocturnos amantes en parques desiertos
y la caricia primaveral de las plazoletas,
entre el tango del desengaño
y el estallido del éxtasis piazzolleano…

Siento a Buenos Aires.


Cerca, lastima.
Lejos, se añora angustiosamente.


Y la madeja es infinita,
multiplica calles como recuerdos,
entregada a ese transitar

Reencuentro a Buenos Aires
atisbo un sitio álgido,
aleph de la pulsión porteña,
punto ciego de un pasaje innombrable
que cruzo sin darme cuenta.

Entre el atardecer bohemio del otoño
y el ángel urbano velando las calesitas,
entre un pasado mítico
y un futuro teñido de nostalgia por lo perdido,
entre el letargo y el latido…

Amo a Buenos Aires.

 Gabriela Goldenberg (2005)

viernes, 2 de septiembre de 2011

Las Bolitas de mi Amigo Luis


(al estilo de las Bolitas de Ricardo García Pico pero menos cáidas)

      En el barrio de Flores, en la calle Aranguren entre Caracas y Gavilán, estaba la casa paterna de mi amigo Luis. Una casa de las de antes, las llamadas “chorizo”. Tenía un frente blanco amplio, con una gran puerta de metal negra y a ambos lados dos grandes ventanas con rejas tipo balcón, también negras. Entrando había un zaguán y a continuación un pequeño hall de entrada. A la izquierda una pequeña habitación donde dormía Luis con Fernando, uno de sus cuatro hermanos. Luis es el menos con bastante diferencia. A la derecha estaba el comedor, amplio, con un piano vertical, alemán, que tocaba su madre que además de ser maestra sabía música y en algún que otro acto escolar, incluso, interpretaba el himno nacional.
      El Hall estaba separado del resto de la casa por otra puerta (negra) de metal con vidrios de diferentes colores. Traspasada esa puerta un largo pasillo comunicaba con el resto de la casa. En él, sobre la derecha había tres habitaciones con piso de madera. Al fondo la cocina, un lavadero y el baño. Por fuera, siguiendo el pasillo quedaba el patio, lleno de plantas hermosas el patio y la mamá se ocupaba de cuidarlas.
      Con Luis nos conocemos hace 25 años, desde los 5. Por aquellos años éramos más que amigos, como hermanos. Los dos muy flacos y desgarbados, y de madera para el fútbol (siempre juntos en la defensa). Durante nuestra infancia pasamos tardes interminables de juego en su casa. Podíamos ser detectives, espías, Batman y Robin y muchos otros más. Cualquiera que nuestra imaginación infinita de niños nos permitiera.
      Cuando Luis tenía 9 años perdió a su mamá. Yo la quería mucho, era una persona noble y no pude entender bien lo sucedido. Por aquel entonces Luis tampoco, creo. Su papá lo cambió a una escuela de doble escolaridad, aunque eso no impidió que nos sigamos viendo y compartiendo juegos. Al comenzar el secundario nuestro contacto se volvió más esporádico, casi nulo por un período.
      Ya con 22 y en la universidad le tocó el turno a su viejo, luego de cuarenta días de internación se fue. No pude evitar contener el llanto en la Chacarita, era un tano cabrón pero querible; buen tipo. Me dolió mucho su muerte, por mi amigo, por mí y por los recuerdos acumulados.
      Luis siguió viviendo en la casa durante cinco o seis años más; hasta que se la vendieron a un comprador que decía pretender reciclarla para mudarse ahí. El comprador no cumplió su promesa, claro. La casa fue demolida y ahora en su lugar hay un edificio de cinco pisos, deshabitado por falta de alguna habilitación. Es un espacio lleno, pero vacío a la vez en un lugar significativo del barrio para mí. Cuando paso caminando frente a esa cuadra no puedo evitar que un rapto de nostalgia me invada… ¡tantas remembranzas!
      Actualmente Luis es músico y va por la vida con su guitarrita forjando su futuro, la vida no se la hizo fácil y sin embargo él sigue adelante con paso firme; vive en un departamento sobre la calle Páez, entre Condarco y Terrada. Las putas lo siguen a todas partes a mi amigo, ya que en Caracas y Aranguren hacían esquina y en Terrada y Páez también. Pasé la etapa más feliz de mi niñez con mi amigo Luis; el mismo que nunca logró hacer caca sin primero hacer pis.

Mariano Vincenzetti


 DESCONCHERTADOS
Donde la música nacerá de cosas raras y cosas raras nacerán de la música.
Domingos 19hs.Teatro Beckett. Guardia Vieja 3556.


La Felicidad

 (anónimo)

En cierta ocasión se reunieron todos los Dioses y decidieron
crear al hombre y la mujer; planearon hacerlo a su imagen
y semejanza, entonces uno de ellos dijo: esperen, si los vamos
a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo
igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra,
debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no
ser así, estaremos creando nuevos dioses. Debemos quitarles
algo, pero, Qué les quitamos? Después de mucho pensar uno de
ellos dijo: ya se!, vamos a quitarles la felicidad, pero el
problema va a ser donde esconderla para que no la encuentren
jamás. Propuso el primero: Vamos a esconderla en la cima del
monte mas alto del mundo; a lo que inmediatamente repuso otro:
no, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien puede
subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán
donde esta. Luego propuso otro: Entonces vamos a esconderla en
el fondo del mar, y otro contesto: no, recuerda que les dimos
inteligencia, alguna vez alguien va construir una esquina por
la que pueda entrar y bajar y entonces la encontrara.
Uno más dijo:

Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra. Y le dijeron:
No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien va
construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y
la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad y serán
iguales a nosotros. El ultimo de ellos, era un Dios que había
permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las
propuestas de los demás dioses, analizo en silencio cada una
de ellas y entonces rompió el silencio y dijo: creo saber a
donde ponerla para que realmente nunca la encuentren, todos
voltearon asombrados y preguntaron al unísono: A dónde?
La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados
buscándola fuera, que nunca la encontraran. Todos estuvieron
de acuerdo, y desde entonces ha sido así, el hombre se pasa
la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo.